OPINIÓN

CUENTO # 10 UN ADIÓS POR INTERNET.

CUENTOS DE CUARENTENA.

¡Qué rápido se nos fue el tío Benie!

Una persona tan alegre, positiva, jovial. Y a pesar de que las cosas sucedieron a vertiginosa velocidad, él tuvo los arrestos para dejar todos sus asuntos preparados  antes de su partida.

Mi familia, más que grande, es extensa. Y lo digo así, porque tengo parientes en varios países de Asia, Europa y América.

El tío Bernie, residía en Canadá, con su adorable esposa. Su hija, recién casada, también vive en éste país. Son de esa clase de personas que aunque los veas  poco, dejan en el corazón, emociones que perduran.

Apenas comenzaba la locura pandémica, cuando la lista de achaques que sentía se volvió preocupante. Sin pensarlo más, hizo cita en la clínica.

– Pudiera ser Coronavirus, pero hay ciertos detalles que se salen de la lista.

Mejor te haremos un examen más completo. – Le dijo el médico.

Era un cáncer, muy agresivo, en su estómago. Bernie y su esposa hubiesen deseado ser parte de las estadísticas, en lugar de esto.

Siempre fue organizado y previsor. Revisó papeles, firmó documentos, hizo llamadas… Todo lo necesario para salir de esta dimensión sin dejar problemas a  sus seres queridos.

Y su último día en la tierra llegó, inexorable, un mes después.

¡Qué difícil y triste es compartir la noticia a todos aquellos que lo amaron!. Y aquellos con salud delicada… ¿Cómo decirles?

La noticia recorrió países y continentes; a través de textos y video llamadas de Canadá a Italia, de Italia a Estados Unidos, a México, a Grecia, Israel…

Y después llegó el día del funeral. Su esposa no tenía la fuerza ni el ánimo para llevarlo a cabo, así que su yerno quien organizó el evento.

Tomó los nuevos elementos tecnológicos, para convertir este evento a larga distancia, en uno que los hiciera sentir a todos muy cerca.

Abrió una reunión virtual, con una toma cercana de cuerpo presente del querido tío Bernie. Sin sonido para él, pero con apertura de micrófonos de todos los demás asistentes.

De esta manera, todos tuvieron la oportunidad de despedirse, expresar sus sentimientos, leer un poema, en fin, lo que salió del corazón de cada uno.

Fue una reunión de corazones, extrañamente bella, tremendamente triste, pero que tuvo la magia de llevar consuelo para cada uno, en esa casi irreal sensación de estar unidos en el aquí y el ahora, a través de las redes y de su amor familiar.

¡Hasta la vista, tío Bernie!

Con amor,

Marissa Llergo.

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