OPINIÓN

ILEGÍTIMO TREN MAYA.

Hace unos días el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo de inicio a las obras del llamado Tren Maya, uno de los proyectos insignias de este gobierno que se desarrollará sobre mil 500 kilómetros de cinco estados del sureste mexicano.

El Tren Maya busca detonar el turismo en una zona donde, hay que decirlo, existen extraordinarias bellezas naturales, la mayor biodiversidad del país y una gran riqueza arqueológica y cultural.

Sin embargo, resulta difícil de entender que, quien debería ser garante y ejemplo a seguir en el cumplimiento de las disposiciones legales, haya dado inició a dicha obra sin cumplir con ninguna de las disposiciones legales aplicables y violando los derechos de las comunidades indígenas.

En primer lugar, dada la emergencia sanitaria que vivimos, las obras de construcción representan un riesgo a la salud y la vida de los trabajadores que se emplearán, así como de la población local, mayoritariamente indígena.

La segunda violación la constituye el hecho de que las obras arrancaron sin manifestación de impacto ambiental, amparados en que en esta etapa sólo serán obras de modernización de las vías ya existentes, pero ese hecho no garantiza que no habrá afectaciones al entorno.

Según la Academia de Impacto Ambiental, en los alrededores del trazo del Tren Maya que incluye a los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, se tiene un registro de 7.274 sitios arqueológicos, además de la Reserva de la Biosfera de Calakmul y otras áreas naturales protegidas que serían cruzadas por los tramos ferroviarios, con cuerpos de agua superficiales y subterráneos y una gran biodiversidad.

Para la Academia, la obra pone en riesgo un ecosistema frágil con una gran biodiversidad sin haber sido sujetada al Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental que exige la Legislación Mexicana.

Por otra parte, se anunció también que los trenes que recorrerán esa pretendida ruta turística se moverán a base de diésel, un combustible fósil altamente contaminante, tanto así que en Europa diferentes modelos de tren cero emisiones ya están en circulación en nueve países y se espera que para el 2050 ninguna locomotora utilice ese energético.

Aunado a todo lo anterior, un total de 159 organizaciones y 85 activistas dirigieron una carta al presidente de la República, para advertirle las serias consecuencias ambientales de continuar con el proyecto del Tren Maya porque propiciará la degradación, deforestación y fragmentación de 23 Áreas Naturales Protegidas

Y como último punto pero no menos importante destaca el hecho de los atropellos a los derechos y garantías de los pueblos indígenas directamente afectados porque no se les ha informado sobre los impactos medioambientales.

En Acción Nacional sabemos que el futuro de México se basa en el respeto al medio ambiente, el uso de energías limpias, el respeto a las leyes, normas y reglamentos, pero ante todo, en la transparencia y el respeto a los derechos de todos.

Seguir adelante con el Tren Maya, significa reproducir la discriminación sistémica que ha impulsado por años el Estado mexicano en contra de nuestros pueblos originarios.

Nuestro llamado al Presidente es a que rectifique el camino y detenga un proyecto que no cuenta con legitimidad ni con el respaldo social necesario y viola los derechos de las comunidades por donde pasará, continuar por ese camino no beneficiará a nadie.

Marco A. Gama Basarte PAN

Senador de la República por San Luis Potosí

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