OPINIÓN

CUENTO # 7 CON TODOS, PERO SOLA.

Cuentos de Cuarentena

Cuando los cambios llegan a tu vida, llegan demasiado rápido. O tal vez es así  como lo sentimos, puesto que nos encontramos en zonas de confort, nos hemos acostumbrado a que la vida transcurra de cierta manera.

Y los cambios, me sacudieron, me tiraron de la cama. Me han llevado a mirar nuevamente estas paredes tan conocidas, a las que pronto tendré que decir adiós…

El primer adiós fue para mi amado esposo y compañero de tantos años. Ya teníamos un rato hechos a la idea. Su enfermedad nos obligó a aceptar que la  despedida estaba muy cerca.

Se fue una mañana de este mismo año, adormecido por los calmantes, asistido y rodeado de comodidades, de jardines, de flores. Consentido por los mismos  privilegios que se ganó en tantos años.

Pero lo extraño. Y más ahora, que paso tantas horas del día entre estas más de cuatro paredes, de esta enorme casa, que hoy me parece gigantesca.

Por ahora, tengo que quedarme aquí, hasta que los semáforos cambien de color.

Hasta que sea factible salir.

Hasta que, poco a poco, vayamos retomando el control de nuestras vidas.

Y entonces, será momento de llevar a cabo los verdaderos cambios. Venderé esta enorme casa, para tener algo en el banco y un departamento, o quizá una casa dúplex, y así rentar una y vivir la otra.

El punto principal, es vivir los años que me resten, en comodidad y sin dar lata a nadie.

Lo bueno, es que mis hijos pasan todos los días, me sonríen, dejan obsequios, comida, mensajes.

Lo malo, es que los miro desde mi ventana, agitando la mano y agradeciendo con gestos.

¡Desearía salir corriendo a abrazarlos! Llenarlos de besos mientras estoy viva, sentir su aliento y sus risas sobre mi rostro.

Pero por ahora, es lo que hay…

Espero con ansia el día en que podamos retomar esas pequeñas alegrías que nos brinda la cercanía.

Y seguiré hibernando, para poder lograrlo…

Por: Dra. Marissa Llergo.

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