CUENTO 15
CUENTOS DE CUARENTENA.
Llega el fin de semana, y aprovecho la mañana de, sábado, para hacerme un tratamiento intensivo de de limpieza exfoliación y humectación en rostro, cuerpo, cabellos.
Que bueno que comencé relativamente temprano, después de nuestro desayuno. Pues no me acordaba que habíamos quedado de ir a comer a cada de una amiga muy querida.
Estamos tan acostumbrados a quedarnos en casa los fines de semana, como medida precautoria por la pandemia, pero también porque nos agrada.
Así que, de pronto, pasado el medio día , nos acordamos de la invitación.
Menos mal que nuestras mañaneras abluciones, nos hicieron más sencillo el estar listos y salir a tiempo.
¡Qué delicia, pasar la tarde con amigos queridos! Y además, sin faltar a las precauciones necesarias para mantenerse en salud y cuidar la de los demás. Porque solo éramos cuatro personas, en su casa.
Deja,os los zapatos en la puerta. Nos desinfectamos manos, nos mantuvimos en sana distancia, Pero al mismo tiempo, charlamos, reímos, recordamos.
En resumen, celebramos la amistad.
¡Grandiosa vitamina, la amistad!
Mejor que vitaminas, zumo de limón, o cualquier otra cosa que nos mantenga con las defensas altas, esas horas fabulosas de, sábado.
Te paso la receta, querido lector, porque estoy segura que si aplicas, como lo hicimos nosotros este fin de semana, esa dosis de amistad sin duda quedará reforzado tu sistema inmune.
Recuerda que ayer ya pasó. Mañana no ha llegado.
Solo tenemos el presente, y como su nombre lo dice, es un regalo.
Con amor y 20 gotas de amistad, disueltas en tu vaso de agua,
Marissa Llergo.
