El Xantolo es una de las celebraciones más importantes de todas las Huastecas; potosina, hidalguense, veracruzana y tamaulipeca. Su organización representa la conjunción de todo el conglomerado “de lo huasteco”, la sagrada reunión entre los vivos y los antepasados; y la oportunidad de “hacer un alto en el camino” para que los que murieron tengan su chance para alcanzarlos.
En la parte oriental de San Luis Potosí, la fiesta de los muertos se llama Xantolo. Ésta es una palabra usada por los nativos que tiene como origen el término latino de santo o sanctorum, como le llamaban los frayles católicos a esta celebración antigua que, actualmente en la Huasteca, es la máxima festividad aun sobre la Navidad, principalmente entre las comunidades indígenas.
Xantolo es aquello que da identidad, que da sentido de unión, de la participación, de la hospitalidad, del ritual y el ceremonial, de las danzas, de la música, de la gastronomía, del creer en lo que va más allá de lo cotidiano y del vivir. En esta fecha aparece el verdadero sentido de existencia.
El Xantolo se basa en creencias de las culturas mesoamericanas que concebían la muerte como una etapa más de la vida, con un regreso periódico de las almas.
Es una celebración que mezcla rituales prehispánicos con tradiciones católicas, especialmente las de Todos los Santos.
El objetivo es honrar a los antepasados, conectar el mundo de los vivos y los muertos y asegurar la continuidad de la comunidad.
Se elaboran ofrendas con comida, bebida, flores de cempasúchil y otros elementos para dar la bienvenida a las ánimas.
Las comunidades, especialmente los huehues (viejos) que visten máscaras y disfraces, realizan danzas que pueden durar horas y recorrer casas y panteones. Es una celebración que combina el respeto y el misticismo con la alegría de la comunidad y la familia.
Se incluyen platillos específicos para los niños (caldo, tamales sin picante) el 31 de octubre, y para los adultos (platillos picosos, aguardiente, tabaco) el 1 de noviembre.
La celebración comienza el 29 de septiembre con la fiesta de San Miguel Arcángel, pero las actividades principales se concentran en octubre y culminan el 30 de noviembre con la última ofrenda.
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, se hace una velación con rezos y alabanzas y se inciensan con “copal” las imágenes y el altar, continuando la convivencia toda la noche. Los teenek y nahuas acompañan con algunas piezas que se tocan para la Danza de la Malinche.
El 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, en las comunidades de los teenek y nahuas, se acostumbra llevar las ofrendas a los panteones, adornando las tumbas con flores. Existe la creencia de que las ánimas de los difuntos permanecen todo el mes de noviembre entre los deudos, por ello el día último se renueva toda la ofrenda y se adorna el Pulich (o altar) con frutas y flores para despedir “a los que ya no están”.
Los municipios de la Huasteca Potosina participan en esta celebración y cada uno tiene sus propias actividades en la establecida Ruta Xantolo integrada por Aquismón, Axtla de Terrazas, Ciudad Valles, Huehuetlán, San Martín Chalchicuautla, San Vicente Tancuayalab, Tancanhuitz, Tanlajás, Tanquián, Tamazunchale, Tampacán, Tampamolón, Tamuín, y Xilitla.
Sin lugar a dudas, Xantolo es y seguirá siendo la fiesta más importante de la Huasteca.
