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ATÍPICA Y DESOLADA, ASÍ FUE LA FESTIVIDAD GUADALUPANA

OBEDIENTES HONRARON Y VENERARON A LA MORENITA DEL TEPEYAC DESDE CASA.

Completamente desolada se vio la arquitectónica e imponente Basílica Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, así como toda la extensa y amplia Calzada de Guadalupe, calles y corredores aledaños.

Una Festividad muy atípica, completamente solitaria, desolada y profundamente triste, se vivió éste 12 de Diciembre del 2020, que generó en los muy poquitos fieles que acudieron a elevar una ferviente oración a la Morenita del Tepeyac.

Fue así como la Madre de los mexicanos fue festejada en los hogares de los potosinos que fieles a Ella escucharon la solemne concelebración Eucarística por Redes sociales, las cuales, son una gran bendición en estos tiempos de pandemia, por el Covid-19.

Los contados fieles que pudimos ver, (6 para ser exactos) acataron las medidas sanitarias y no se acercaron a la Basílica para rezar, pues a lo lejos imploraron la bendición y protección de la hermosa Virgen Morena, Madre del Verdadero Dios por Quien vivimos.

No se vieron puestos ni de venta de flores, ni de artesanías, ni de botana o comida, salvo los que ya tienen su espacio de forma permanente, como un puesto de tortas, y el de botana contra esquina de la Basílica.

Fue triste ver así ésta magna Festividad Mariana, sin embargo, a la vez dio contento que los potosinos fueron muy obedientes y conscientes de atender las recomendaciones de nuestras autoridades sanitarias y eclesiásticas.

Al pasar por las calles y casas, se escuchaba la transmisión de la Santa Misa que los fieles estaban viviendo de forma virtual en sus hogares en Familia.

NO DEJEMOS EN EL OLVIDO NI A SU SUERTE A NUESTROS INDÍGENAS Y CAMPESINOS: MONS. CABRERO ROMERO

La Virgen-Madre está dolida por tanta violencia, por exceso de pérdida de valores, porque dejamos en el olvido, en la pobreza y en el desamparo a nuestros indígenas y campesinos. De ahí que quiso aparecerse en la persona de San Juan Diego, quien representa al indígena marginado a quien no debemos dejar en el olvido, no podemos dejarlo a su suerte.

Así lo señaló en su Homilía, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, Arzobispo de San Luis Potosí, al presidir la Solemne Concelebración Eucarística en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.

La pobreza, el olvido, la violencia y las injusticias no pueden marcar nuestra vida ni la de nuestros hermanos, sobre todo debemos velar por los derechos de los más pobres entre los pobres, de los más vulnerables y marginados que muchas veces ni al día viven , porque no tienen qué comer otro día, ni gozan de un techo digno. No cuentan ni con lo más indispensable para vivir, mientras muchos gozan de lujos.

Afirmó que éste tipo de injusticias, que se dan en todos los aspectos y en todos lados, no deben prevalecer.

La Virgen no quiere ver sufrir a sus hijos, por eso, es preciso pedirle con mucho fervor que interceda prontamente por nosotros sus hijos, que muchas veces le hemos fallado.

Ella se hace presente en nuestras vidas y sale al encuentro de sus hijos, pero también quiere que nosotros salgamos al encuentro de Ella y de sus demás hijos, los más vulnerables y pobres, nuestros Indígenas, Migrantes y Campesinos que no cuentan ni con lo básico para vivir y su trabajo es muy valioso.

Reconozcamos con humildad que le hemos fallado a la Madre de Dios, y que nos hemos quedado en la comodidad para no salir al encuentro de nuestros pobres.

Es hora de hacerles justicia en honor a la Virgen Morenita y al Indígena San Juan Diego.

Con información de Angélica Maldonado/El Sol de San Luis.

 

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