ROCK

PHIL COLLINS, DEMASIADO VIEJO PARA ROCANROLEAR.

El amor a la música y a sus fans mantienen todavía con desbordante energía al cantante y bataquero británico Phil Collins, tal como lo demostró durante concierto la noche de ayer en el Palacio de los Deportes en su gira Not Dead Yet: Live (algo así como Aún no me muero, estoy vivo).

Y es que a sus 67 años Collins emergió sobre el escenario caminando lentamente, encorvado y apoyándose de un bastón para llegar al centro del foro entre aplausos ensordecedores, para tomar asiento en una silla y dar rienda suelta a un intenso show de más de una hora.

Not Dead Yet: The Autobiography, además de dar nombre a su gira, es el título del libro de sus memoras que publicó recientemente la editorial Penguin Random House.

Memorias y narrativa de vida confirman la paráfrasis del adagio del jefe de Jethro Tull, Ian Anderson, en cuanto que Phil Collins es un rockstar “demasiado viejo para rocanrolerar, pero demasiado joven para morir”.

Pasaban poco más de las 10:03 de la noche cuando el carismático intérprete y su orquesta empezaron con Against All Odds. Luego que desde 2007 fue la última vez que Phil Collins salió de gira, ahora el cantautor de la segunda etapa del conjunto Génesis retomó los escenarios con la misma pasión correspondiente a la que su público le sigue adorando.

“¡Hola, México City!”, fueron las primeras palabras que lanzó Philip David Charles Collins (30 de enero de 1951, Hounslow, Middlesex, Inglaterra)​ en el “Domo de Cobre” de la capital de nuestro país, donde contó con un vistoso entarimado en una plataforma de medialuna centelleando las pantallas digitales, un par en cada costado y una más al fondo, reflejando monumentalmente la figura de esta celebridad del rock progresivo.

Sonriente, con lentes y vestido de negro, Phil Collins nunca se levantó de su taburete; pero su rostro dibujaba la alegría compartida junto a la fanaticada a la que le regaló su clásico y multicantado jit Another Day in Paradise, provocando las primeras emociones desgarradoras de nostalgia.

Compartió Hang in Long Enough y Follow You Follow Me, rola que enmarca su paso por Genesis, para engalanar la velada en la que también se escuchó Who Said I Would?.

En Separate Lives las luces se apagaron y las pantallas simulaban un manto estelar que se perdía con las lámparas de los celulares, momentos en los que su corista Amy Keys sedujo a los presentes con sus cantos.

Los tonos melosos de In The Air Tonight dieron paso a la chispeante You Can’t Hurry Love, para un recorrido conciso de éxitos. Llegó Invisible Touch (Genesis) y Sussudio, con la cual se armó la fiesta entre el clamor y baile de más de 15 mil personas que coreaban al unísono: ¡Sussudio, ooooh!

El recinto se llenaba de confeti y papelitos multicolores para emprender retirada Phil Collins. Pero luego de la súplica generalizada concedió solamente una más: Take Me Home, partiendo con bastón en mano y saludando a sus fans mexicanos.

La última vez que Collins realizó un tour fue en 2007. Tuvo su regreso en vivo en un evento organizado por su propia fundación, Little Dreams Foundation, el cual aconteció el año pasado durante la ceremonia de apertura del Abierto de Tenis de Estados Unidos en Nueva York (en agosto), con lo cual se animó para recorrer el mundo tras una década de ausencia.

Hoy sábado tocará Collins en el mismo lugar, el Palacio de los Deportes, a las 20:00 horas, abriendo nuevamente el excelente conjunto de The Pretenders, formado en Herefordshire hacia por la estadunidense Christine Ellen “Chrissie” Hynde (7 de septiembre de 1951) y con fuerte apoyo de Ray Davies, de los londinenses The Kinks.

“Hemos tenido un tiempo increíble en Mexico City. Es increíble estar en la Ciudad de los Palacios abriendo el concierto de una persona tan especial como el señor Phil Collins”, manifestó Hynde tras entonar la triología “Private Life”, “Down the Wrong Way” e “Hymn to Her”, previa a su versión “Forever Young”, incluida en el disco de The Band con Bob Dylan, Planet Waves.

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