El rock perdió de esta fulminante manera a uno de sus más grandes héroes, pues el vocalista y bajista de Motörhead es el último gran forajido del rock, canalla, bebedor, mujeriego (y ávido lector)… un tipo duro de los de antes, en definitiva. Icono de los que ya no quedan.

Un mito que además de un buen puñado de temas clásicos dejó para la posteridad también algunas reflexiones igualmente emblemáticas para la mitología musical. Siempre con el motor revolucionado al máximo sin pensar en la meta.