OPINIÓN

GABINO MORALES BAJO SOSPECHA Y EN RIESGO DE CAER.

“El poder no cambia a las personas, sólo revela quiénes verdaderamente son”: Pepe Mujica, expresidente de Uruguay.

Gabino Morales Mendoza, el súper delegado, está viviendo días difíciles. Su futuro político es incierto. Pesan sobre él graves acusaciones que de comprobarse lo echarían vergonzosamente del cargo que hoy ostenta.

El que es considerado el consentido de Andrés Manuel López Obrador está siendo investigado por la Secretaría de la Función Pública acusado de utilizar con fines electorales los programas federales que maneja.

La joven promesa de la Cuarta Transformación (4T) no obedeció las órdenes del presidente de la república en el sentido de no utilizar los Programas para el Bienestar con fines políticos. Le ganó la tentación y está siendo acusando de haber favorecido a uno de los grupos que participaron en la elección estatal de consejeros que votarían para elegir a los dirigentes estatales y nacionales de Morena. Pero para su desgracia todos sus esfuerzos se fueron a la basura ya que el pasado 30 de octubre el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación votó por unanimidad anular la elección de dirigentes en Morena.

Gabino no ha cumplido a cabalidad su función de súperdelegado. Los Programas para el Bienestar funcionan mal en el estado y sus beneficios caen a cuenta gotas causando malestar y frustración en miles de potosinos que los necesitan.

El polémico comisionado del gobierno federal no acude a sus oficinas, se esconde y no da la cara a los problemas. Ni por enterado se da de las quejas y desatenciones que soportan quienes por necesidad acuden en busca de ayuda. Personas discapacitadas, de la tercera edad; jóvenes que quieren construir su futuro y los estudiantes que exigen las becas “Benito Juárez” sufren un calvario porque los apoyos no llegan.

A lo que sí le da prioridad es a la grilla que acontece al interior de Morena. En el frustrado proceso de elección de dirigentes nacionales el joven funcionario indebidamente tomó partido en favor de una de las candidatas, Bertha Luján Uranga en complicidad con Gabriel García Hernández, actual coordinador nacional de Delegados Federales.

García Hernández es uno de los funcionarios más cercanos a AMLO, ha trabajado con el presidente por más de 15 años. Desde el nacimiento de Morena, haya por el año 2015, su trabajo fue fundamental para construir las estructuras electorales del hoy partido gobernante. Fue Secretario de Organización del comité nacional de Morena. Desde ese cargo fortaleció su relación política con Gabino, quién fue el principal promotor del Movimiento de Regeneración Nacional en San Luis Potosí cuando ese partido apenas iniciaba sus andanzas en la política local.

El activismo de Gabino y de Gabriel García hizo sospechar la existencia de una candidata “oficial” y de una elección de Estado. Parecía evidente que había “línea” para favorecer a Bertha Luján. Sólo que está maquinación antidemocrática se fue al drenaje ahora que el Tribunal Electoral decidió anular la elección porque desde un principio fue un cochinero. Acarreo, robo de urnas, padrón de votantes rasurado y hasta balazos caracterizaron el fallido intento de renovación de dirigentes.

La manipulación de la elección interna en San Luis Potosí, promovida por estos personajes estaba poniendo en entredicho la congruencia política del presidente de la república porque daba la impresión de que Morena se estaba convirtiendo en un partido de Estado.

Por eso el presidente de la república se vio obligado a pintar su raya en este sucio proceso electivo: “No somos el PRI para repetir lo que durante décadas nos hicieron a nosotros, fraudes con el aparato y los recursos del Estado. Hacer proselitismo político con el dinero público ya es delito y se va a despedir y a aplicar la ley a aquellos que lo hagan”.

Esto explica por qué la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval al comparecer ante senadores de la Comisión Anticorrupción dio a conocer que 10 superdelegados en distintos estados de la república están siendo investigados por un supuesto manejo irregular de los programas sociales en el proceso interno de Morena. Entre estos funcionarios está Gabino Morales Mendoza.

Y parece que la investigación va en serio. El propio presidente de la república no dejó dudas cuando el pasado 25 de octubre durante su habitual conferencia mañanera afirmó: “Yo no protejo a nadie, no soy cómplice, no voy a encubrir a nadie”.

De comprobarse las acusaciones contra Gabino Morales es probable que sea separado del cargo y mandado una temporada en la banca en espera de mejores tiempos.

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